
Cómo empezar una alimentación antiinflamatoria en niños sin volvernos locos
Share
Cómo empezar una alimentación antiinflamatoria en niños sin volvernos locos
Una guía para familias reales, con niños reales
Muchos padres quieren mejorar la alimentación de sus hijos, pero entre la falta de tiempo, el marketing engañoso y las rutinas de cada casa, la cosa se complica.
Y si encima hablamos de “alimentación antiinflamatoria”, suena a algo lejano, difícil… o solo apto para gurús de la salud.
Pero no tiene por qué ser así.
Yo también he pasado por momentos de duda, frustración y culpa. Sé lo que es cuidar la alimentación de tus hijos y aun así ver mocos, infecciones, o etapas de caos. Y aun así… hay esperanza. Porque cada pequeño paso cuenta.
Hoy quiero contarte cómo empezar sin agobios ni extremos.
1. No necesitas hacerlo perfecto
Lo primero que quiero que te grabes a fuego es esto: no necesitas hacerlo todo bien para que tenga efecto.
Un solo cambio constante (por ejemplo, dejar el azúcar en el desayuno), puede tener más impacto que intentar cambiar todo de golpe y abandonarlo a las dos semanas.
2. ¿Qué alimentos inflaman más?
Aunque cada niño es un mundo, hay ciertos alimentos que tienen más probabilidades de causar inflamación crónica:
- Azúcar refinado (está en galletas, yogures, cereales, zumos industriales…)
- Gluten (especialmente el del trigo moderno, ultraprocesado)
- Lácteos de vaca convencionales
- Ultraprocesados: bollería, snacks, embutidos, salsas industriales
- Grasas trans o refinadas
No hace falta que desaparezcan todos de un día para otro, pero sí puedes empezar a sustituir uno por uno.
3. Cambia sin dramas
Cambia el Nesquik por cacao puro con dátil.
La galleta por una tortita de arroz con crema de almendra.
El yogur azucarado por uno natural con fruta.
El pan blanco por uno sin gluten o de masa madre.
No lo anuncies como “esto es más sano”, sino como algo nuevo que vais a probar. La manera de presentar los alimentos importa mucho.
4. Educar sin guerra
No hace falta luchar por cada comida.
Una crianza consciente también pasa por respetar el ritmo del niño, ofrecer desde el ejemplo y confiar.
No hay comida perfecta, pero sí intención consciente.
5. Hazlo con alegría
No conviertas la alimentación en una fuente de estrés. Cocinad juntos, hablad de los alimentos, celebrad los cambios, aunque sean pequeños.
Y si algún día se come algo que no entra en tu ideal, tranquila.
Estás sembrando a largo plazo.
Conclusión:
La alimentación antiinflamatoria no es una dieta de moda. Es una forma de cuidar el cuerpo desde el amor, la prevención y la conciencia.
Empieza poco a poco, sin exigencia. Desde el cariño, desde lo posible.
Y si quieres dar el primer paso hoy, te he preparado un recurso gratuito con 5 cambios antiinflamatorios fáciles para empezar ya.
Te lo dejo aquí: https://educaryrespirar.com/products/5-cambios-antiinflamatorios-para-empezar-ya